Somos un modelo de emprendimiento rural nacido en 2014 para generar desarrollo rural sostenible en áreas escasamente pobladas.
Nuestra innovación radica en como somos capaces a través de nuestra plataforma de involucrar a la sociedad y las empresas para poner en valor cultivos que yacen abandonados a consecuencia de la despoblación, desencadenado un impacto social, económico y medioambiental positivo.
Empezamos recuperando los 100.000 olivos abandonados de Oliete, Teruel. Una localidad con escasos 365 habitantes y sin ningún porvenir socioeconómico. ¿Nuestra solución? buscar padrinos y madrinas que entrando en nuestra web pudieran elegir el olivo a recuperar, bautizarlo y hacer seguimiento del proceso de recuperación, recibiendo, además, por su colaboración 2 litros de aceite de oliva.
Su aportación sirve para contratar agricultores, que de esta manera pueden trabajar olivos que en los 5 primeros años de recuperación gozan de una escasa rentabilidad.
Son ya 22 familias las que emplea el proyecto, sus hijos han logrado evitar el cierre de la escuela de Oliete y Alacón. Los comercios y restaurantes de la zona disfrutan de un turismo anual de 3.000 padrinos, y son 15.000 olivos los que yacen recuperados con el beneficio al ecosistema y el paisaje que ello conlleva.
Por último, nuestra marca de comercio justo “Mi Olivo” empodera a través de nuestra almazara a 150 pequeños agricultores a los que retribuimos con un precio que hace sus explotaciones rentables y más sostenibles, generando así bienestar y evitando el futuro abandono de cultivos por las pésimas condiciones del mercado.
En 2021 hemos iniciado la recuperación de Alacón y su huerta abandonada, mediante nuestra marca de conservas “Mi Huerto”.