Solarig desarrolla infraestructuras necesarias para la transición energética, y construye, opera y estructura financieramente proyectos de energías renovables a gran escala.
Comprometidos con la innovación y la sostenibilidad, impulsamos la descarbonización global en los lugares donde operamos a través de soluciones de energías renovables y gases verdes.
Nuestro objetivo es llegar a ser una compañía de cero emisiones en 2040. Dentro de nuestra estrategia de descarbonización, presentamos una de las iniciativas de reducción de emisiones que está revolucionado la movilidad dentro de nuestras plantas fotovoltaicas.
La línea de negocio de O&M está actualmente gestionando 159 contratos, en 10 países, con una capacidad de 11.090 MWp, por lo que el potencial de tracción es muy grande. En esta línea, se han comenzado a usar vehículos eléctricos con el objetivo de facilitar los desplazamientos a las zonas de trabajo dentro de la planta a través de un modo de transporte cómodo, accesible y libre de emisiones.
Los desplazamientos internos en una planta suponen un elevado coste de combustible por la reducida velocidad (<25 km/h) y numerosas paradas. Estos vehículos que son eficientes, rentables, con cero emisiones, de reducida contaminación acústica y que minimizan la contaminación del agua y del suelo por la ausencia de derrames o fugas de combustible, están transformando la forma de realizar los desplazamientos para la ejecución de operaciones y mantenimientos en nuestras plantas fotovoltaicas, a la vez que son una alternativa mucho más sostenible, contribuyendo a reducir la huella ambiental de nuestras actividades de mantenimiento en el marco del proyecto #SolarigSostenible, además de impactar directamente en 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y en las metas de descarbonización a las que Solarig contribuye.
El proyecto, que consta de varias fases, comenzó en el último trimestre de 2022, con la incorporación piloto de los primeros dos vehículos en las plantas fotovoltaicas de Valdesolar (Badajoz) y Guillena (Sevilla), que son 100% eléctricos, eficientes, adaptados al terreno y que cuentan con aproximadamente 60 kilómetros de autonomía. Las siguientes fases del proyecto buscan el análisis de indicadores de reducción de emisiones, de rentabilidad y de operación, y la introducción progresiva de buggys eléctricos en sustitución de los vehículos de combustión.