La arquitectura y la ingeniería de la nueva bodega de Beronia son 100% sostenibles.
La bodega se integra en el paisaje. Enterrada en su mayor parte y aprovechando el desnivel que existe entre las parcelas superiores e inferiores de la finca, logra además reducir el impacto paisajístico con una cubierte verde y jardín, que cuenta con plantas autóctonas que requieren poco mantenimiento y consumo de agua. Esta disposición permite recuperar agua de lluvia para riego, tiene un enfoque resiliente, que compensa la presencia del edificio sobre el terreno, y genera un ahorro energético, basado en el trabajo a favor de la gravedad y la inercia térmica con el terreno.
Se emplea un sistema de termoactivación estructural por geotermia, que aprovecha la temperatura natural del interior de la tierra para mantener unas condiciones térmicas estables a lo largo del año en el interior de la bodega para las zonas de crianza en barrica y en botella y de confort en las zonas de uso público, evitando incurrir en un mayor consumo energético. A este origen energético renovable obtenido a 100 metros de profundidad, se une el que proporcionan las energías térmica solar y la aerotermia, así como el que aportan las placas fotovoltaicas del parque solar de Beronia.
Se utiliza la tecnología de alta precisión “Cleanwood”, un sistema para el mantenimiento de su parque de barricas con el que, además de agilizar y perfeccionar los procesos de regeneración, se logra una considerable reducción en el consumo de agua y electricidad. Beronia ha sido la primera bodega del mundo en aplicar esta tecnología creada en La Rioja.
En su interior, la entrada de luz natural en áreas normalmente en penumbra brinda espacios agradables, con vistas al viñedo y temperaturas constantes a lo largo de todo el año. En el exterior, espectaculares zonas ornamentadas con diferentes plantas, un pequeño lago y una sucesión de terrazas que forman un imponente anfiteatro vegetal frente a la bodega.