Construyendo Futuro GSK
Esta campaña refleja el compromiso transversal de GSK con 15 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Ello ha conseguido posicionar a la compañía como catalizador de la sostenibilidad en el sector de la salud.
GSK se ha comprometido a reducir su impacto medioambiental, siendo una de las primeras compañías farmacéuticas en establecer ambiciosos objetivos medioambientales ya desde 2010.
Para el año 2030, ha fijado dos nuevos y ambiciosos objetivos de sostenibilidad ambiental: lograr un impacto neto cero en el clima, identificando pequeñas metas específicas que se aplicarán en todos sus negocios de productos farmacéuticos, y lograr además un impacto neto positivo en la salud del planeta y de las personas. Estas medidas ayudan a aumentar la resiliencia de la empresa en la triple dimensión: económica, ambiental y social. Además, invierte en programas de restauración para compensar el impacto que les resulta imposible reducir y cuyo fin es devolver a la naturaleza más de lo que la entidad obtiene de ella. Sus objetivos específicos han sido acreditados Science Based Targets, estando alineados completamente con el Acuerdo de París.
Hasta ahora, ha logrado reducir las emisiones de carbono de la organización en un 34%, y uno de los objetivos generales establecidos es que todas las instalaciones eléctricas provengan de energía renovables en 2030. También ha reducido el consumo total del agua en un 31% y ha disminuido su impacto en recursos hídricos un 20% en toda la cadena de valor en los últimos 10 años. En cuanto a los residuos en vertederos, estos han caído en un 78%.
El 45% de las emisiones de carbono de GSK provienen de pacientes con asma que utilizan inhaladores presurizados. Por ello, la compañía ha iniciado un programa de I+D para volver a desarrollar y rediseñar estos aparatos, basándose en otras terapias con menor huella de carbono. Ya se encuentra en evaluación un nuevo propelente de menor efecto invernadero con el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90%.
Además, ha sido la primera farmacéutica en obtener el certificado de energía Verde otorgado por la compañía Axpo Iberia y en verificarse en el reglamento europeo EMAS de gestión medioambiental excelente. A su vez, ha sido la primera en recibir la acreditación de Empresa Saludable de AENOR.
Todo este trabajo forma parte de una serie de iniciativas que se han puesto en marcha aplicando la innovación científica para evaluar y, cuando sea posible, reducir el impacto sobre el clima y optimizar la naturaleza de los productos. Con todas estas acciones, GSK certifica su papel en la protección y la restauración de la salud del planeta, con el fin de proteger y mejorar la salud de las personas.