Somos un proyecto social, con ganas de cambiar la realidad rural. Apostando por un modelo sostenible y basado en la viabilidad económica.
Gracias a la aportación anual de los padrinos y madrinas para el mantenimiento de los olivares centenarios que estaban abandonados, ayudamos a proteger y potenciar la flora y fauna que habita en estos, los cuales tienen un alto valor natural. La recuperación tiene un impacto positivo en el cambio climático porque ayuda a mitigar la huella de carbono, de hecho tiene un efecto más inmediato que plantar ejemplares nuevos. El gran enemigo de estos supervivientes centenarios, junto con plagas y sequías, es el abandono, con su consecuente aparición de los “Ramos” -conocidos también en la región de Teruel como “Chitos”- ramas que nacen desde la base del tronco robando los recursos que el árbol debería destinar a si mismo y a su fruto, la oliva. Ahogado sin aire ni luz, terminará convertido en un arbusto insano. Finalmente se secará y morirá. Potenciando a la aparición de tierra árida y sin recursos. Para poner solución, a través de los apadrinamientos destinamos el dinero a emplear a agricultores que se encargan de conservar los olivares, para hacer frente al cambio climático y el reto demográfico de la comarca del Bajo Aragón.
Resultados:
Con los más de 7.000 padrinos y madrinas se están recuperando 15.000 olivos centenarios, hasta la fecha, consiguiendo la mitigación de más de 6,9 millones de toneladas de CO2. Nuestro objetivo es recuperar los 100.000 olivares de la zona de Oliete, Teruel.