Sector privado, agente fundamental en la acción climática
Desde Empresas #PorElClima queremos poner en valor y dar visibilidad a todas aquellas acciones que se llevan a cabo desde el sector privado para frenar el cambio climático, especialmente, en lo relativo a las emisiones que conllevan al aumento del calentamiento global.
Este sector tiene un peso importante en la carrera climática y, por ello, es importante su compromiso y su actuación. Muestra de ello son los testimonios de las entidades aliadas del proyecto: Bankinter, BBVA, CaixaBank e Iberdrola.
Desde CaixaBank tenemos un papel primordial como facilitadores de la transición y apoyamos esta transformación desde lo que sabemos hacer, que no es otra cosa que banca. Tenemos la capacidad de complementar las inversiones que tienen que hacer las distintas empresas para realizar para su adaptación. Para dimensionar mejor lo que hacemos, en CaixaBank nos hemos propuesto movilizar un volumen de recursos a actividades sostenibles de 64.000 millones durante el periodo de vigencia de nuestro Plan de Banca Sostenible, que es uno de los tres pilares del Plan Estratégico 2022-2024.
Sin ir más lejos, hace pocas semanas lanzamos el Plan Engagement Empresas. Hemos identificado la necesidad de nuestros clientes empresas de entender y afrontar la transición sostenible y climática desde un punto de vista sus negocios, con reuniones sectoriales (en agroalimentación, química, transporte, etc.) en los distintos territorios, para hacerles una propuesta de asesoramiento para ver la mejor manera de incorporar la sostenibilidad en su estrategia, y que puedan identificar las inversiones que tienen que realizar para afrontar de manera planificada la oportunidad de negocio de ser sostenibles.
Este es un demostrativo de cómo somos útiles a nuestros clientes, con el valor añadido del impacto positivo que generamos a través de nuestra actividad de financiación e inversión haciendo banca sostenible.
En la opinión de Iberdrola el sector privado tiene un papel fundamental en la acción climática. Esto es así por su propia responsabilidad en la reducción de su huella de emisiones, por su capacidad tractora para dinamizar la cadena de valor y por la necesidad de contribuir con su apoyo políticas públicas y objetivos ambiciosos. Pero además los modelos basados en la sostenibilidad son modelos de creación de valor.
En Iberdrola llevamos años comprometidos con un modelo energético descarbonizado y sostenible, liderando el camino hacia un futuro con cero emisiones. Tenemos el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones en nuestras centrales de generación, distribución eléctrica y consumos propios a 2030 (alcances 1 y 2) y alcanzar cero emisiones netas en todas nuestras actividades (alcances 1, 2 y 3) antes de 2040. Unos objetivos que se materializan en un plan inversor de 47.000 millones de euros hasta 2025 alineado con un modelo energético descarbonizado basado en más energías renovables, más redes, más almacenamiento y más soluciones inteligentes para los clientes.
En el sector energético hemos visto como en los últimos años, la revolución tecnológica nos viene ayudando para que la acción climática y el compromiso con los objetivos del acuerdo de París, sea además técnica y económicamente viable. Estamos en un momento en el que el enorme desafío de descarbonizar nuestra economía se ha convertido en una oportunidad que debemos aprovechar.
El sector privado tiene que ser consciente de que un modelo basado en la sostenibilidad es una vía clara para la creación de valor, que responde además a una demanda social cada vez más concienciada y por tanto condición necesaria para la licencia social de las empresas. En el caso de España, además, un país con un recurso renovable de los mejores en Europa y un tejido industrial potente, tenemos una ventaja competitiva en la transición a una economía verde.
BBVA:
BBVA define la labor de los bancos como el ?middle man?, es decir, tienen un papel clave que desempeñar en la transición, pero no somos ellos quienes hacen la inversión para descarbonizar. Su papel es ayudar a sus clientes y a toda la sociedad a hacer la transición hacia una sociedad más verde e inclusiva.
Esta transformación profunda y global requerida sólo se producirá si tiene dos condiciones previas. Por una parte, sentido económico para facilitar la inversión. Las empresas, los inversores, los ciudadanos, etc., no van a cambiar sus decisiones y comportamientos financieros de forma masiva y a escala a menos que reduzcamos drásticamente la prima del costo verde gracias a la tecnología y al marco político propicio adecuado.
Además, se debe llevar a cabo de una forma justa, garantizando que no dejemos a nadie atrás, no sólo a las personas vulnerables de las economías desarrolladas, sino también a las sociedades de los países de ingresos bajos y medios.
Más allá de nuestro papel de financiación e integración de la sostenibilidad en nuestra gestión de riesgos, en BBVA también queremos desempeñar un papel activo contribuyendo a la remodelación del sistema financiero a través de la promoción de políticas y participando en iniciativas colectivas como UNEP FI, NZBA o incluso iniciativas junto con otros sectores como la Alianza de CEO Líderes Climáticos en el WEF o el Grupo Español de Crecimiento Verde.
En Bankinter sabemos que, para lograr una transición a una economía sostenible, que aúne el crecimiento económico con un desarrollo inclusivo y saludable, es indispensable la colaboración de las instituciones públicas y las empresas privadas porque juegan un papel fundamental como motor de la economía.
En este proceso de transformación de la economía, las entidades financieras somos conscientes del papel que desempeñamos como actividad agregadora, porque financiamos a todos los sectores, pero también tractora, dado que podemos acompañarles y acelerar este proceso de transformación necesario para adaptar los modelos de gestión de los distintos sectores económicos.
En la transición surgen nuevas oportunidades de negocio y de innovación con el diseño de nuevos productos y servicios bancarios sostenibles para dar respuesta a las crecientes expectativas del mercado y de los clientes.
Así, en el marco de su Estrategia de Cambio Climático, Bankinter además de identificar y gestionar los riesgos de cambio climático y de disponer de políticas sectoriales para las industrias sensibles, mantiene una estrategia inclusiva y colabora en el proceso de transformación del modelo de negocio de clientes con el objetivo común de llegar a la neutralidad en carbono antes del año 2050.