Durante 2016, firme a su compromiso con el cambio climático, la compañía ha realizado una revisión del objetivo de reducción de emisión de CO2, marcando uno mucho más ambicioso. Así, el objetivo de reducción de las emisiones relativas frente al Importe Neto de la Cifra de Negocio (tCO2eq/millones de euros) para 2020, respecto del año base 2009, ha pasado del 21,3% al 35,4%. Siendo el objetivo de reducción para el 2016 de 22,52% en términos relativos respecto al año base. Esto suponía mantener las emisiones del scope 1 & 2 y los consumos energéticos y eléctricos en los mismos niveles que en el 2009 aun teniendo más facturación. Sin embargo, se ha establecido un objetivo de reducción en términos absolutos y comparables (facturación e intensidad) para 2016 de 56.652 tCO2eq respecto a 2009 (48.154 tCO2eq y 8.498 tCO2eq Scope 1 & 2 respectivamente).
Para satisfacer este compromiso, Ferrovial ha desarrollado e implantado acciones para la reducción de emisiones de carácter general y específicas para cada área de negocio:
Como conclusión, en 2016 el objetivo se ha cumplido ampliamente al reducirse las emisiones en un 31,66% respecto al año base en términos de intensidad (9,14 puntos por encima del objetivo) y al alcanzar una reducción de 156.790 tCO2eq en términos absolutos.
Año de referencia para el cálculo de los objetivos de reducción
Objetivos absolutos de reducción en 2030
Objetivos absolutos de reducción en
Hoja de ruta de descarbonización:
Emisiones generadas en el año de referencia
Intensidad de carbono en el año de referencia
Con bombillas LED ahorras hasta un 80% de la energía consumida en comparación con las bombillas tradicionales. Además, mejoras en calidad de luz.
La conducción eficiente permite generar un ahorro medio de carburante y una reducción de emisiones de CO2 del 15%.
La implantación de sistemas de comunicación permite reducir las emisiones de CO2 generadas por los desplazamientos y se consigue máxima eficiencia en la comunicación y un ahorro sustancial de costes y tiempo.
Optimizando las rutas de transporte se reducen los consumos de carburante y, por lo tanto, se reduce la generación de las emisiones de CO2 sin ninguna inversión inicial.
El 50% de los viajes en coche en la ciudad son inferiores a 3 kilómetros lo que supone un tiempo de unos 10 min en bicicleta. Además de incentivar el uso de los servicios de bicicleta compartida que ya operan en muchas ciudades españolas se pueden generar políticas que promuevan el uso de la bicicleta para movernos por la ciudad cómodamente con cero emisiones de CO2.
Utilizar vehículos que funcionan con motores eléctricos mejora la eficiencia energética de los desplazamientos y, por lo tanto, permite reducir las emisiones de CO2. Además, genera otras ventajas estratégicas de índole tecnológica, económicas, de imagen corporativa e innovadoras.
Utilizar vehículos híbridos que funcionen con dos motores, uno de combustión y otro eléctrico, reduce de forma considerable el consumo de combustible y, por lo tanto, las emisiones de CO2.
El cálculo de la huella de carbono es el primer paso para poder conocer las fuentes de emisiones de CO2 de ula organización. De esta manera, la huella de carbono permite identificar las medidas más eficientes a implementar para reducir las emisiones y consolidar la estrategia de acción frente al cambio climático.
Se puede ser "neutro en carbono" compensando la huella de carbono que no se ha logrado reducir realizando una aportación voluntaria de una cantidad económica a proyectos que consiguen absorber o reducir una cantidad de CO2 equivalente.
La inscripción en registros o la comunicación de la huella de carbono en bases de datos contribuye a mejorar la transparencia en la gestión del cambio climático de la entidad. Existen diferentes herramientas como el Registro de la OECC o diferentes registros de CC.AA. que, en algunos casos, permiten obtener el reconocimiento oficial de la huella de carbono.
Al reducir la huella de carbono de la organización se reduce el impacto en el clima de la actividad. También se reducen los costes asociados al consumo de materias primas, de energía o de productos y, además, se genera un valor añadido en una sociedad cada vez más exigente en la acción frente al cambio climático.
Verificar la huella de carbono genera credibilidad al tener la garantía de un tercero independiente de que se ha calculado correctamente. Además, se genera un valor añadido para la marca en una sociedad cada vez más exigente en la acción frente al cambio climático.
Con 170 kilos de consumo anual por habitante, España ocupa el puesto 24 en el ranking mundial, lejos de los más de 300 kilos de papel y cartón que consume al año una persona belga, una luxemburguesa o una estadounidense.
El consumo de productos realizados con materiales reciclados tiene un menor impacto en el medio ambiente durante todo su ciclo de vida. Estos productos cumplen la misma o mejor función que un producto no reciclado y alcanzan las mismas o mejores cuotas de calidad y de satisfacción para el usuario. Generan menos emisiones de CO2 porque la mayoría de productos y materias primas procedentes de materiales reciclados necesitan en su obtención menos energía que los procedentes del medio natural.
El impacto para el clima de la producción local es, como mínimo, 5 veces menor que la producción deslocalizada. Además de reducir la huella de carbono de los productos, favoreces la economía local (hipótesis basada en datos de alimentos. TCO2/año actualización alimentos kilométricos. Dato INE empresas alimentarias).
El diseño de las infraestructuras puede generar una reducción considerable del consumo energético de la instalación y, por tanto, reducir las emisiones de CO2. Para ello es necesario implementar determinados elementos arquitectónicos para aprovechar el calor del sol y la ventilación natural, definir la mejor orientación o utilizar materiales de construcción adecuados.