Publicado por ENTOMO AGROINDUSTRIAL

Entomo AgroIndustrial busca la aplicación de la mosca soldado negra como conversora de materia orgánica, transformando los biorresiduos de forma local, reduciendo el impacto de su transporte hasta las plantas de tratamiento y eliminando la disposición en vertedero.

Entomo AgroIndustrial presta servicios y desarrolla proyectos adaptados a las necesidades de las empresas del sector agroalimentario y otros en los que la gestión de residuos orgánicos supone un problema e implica una carga en términos de costes.

Dada esta problemática, la tendencia durante los últimos años ha consistido en buscar vías para mejorar el tratamiento de residuos, reduciendo los vertidos y el impacto resultante de algunos tratamientos. Destaca aquí la utilización de residuos como recursos, por ejemplo, a través del compostaje. Desde 2019 ha estado trabajando con industrias del sector agroalimentario, así como gestores de residuos a nivel nacional e internacional y con empresas usuarias de los productos revalorizados finales, ya sean fertilizantes, piensos u otros.

De esta forma, el modelo de esta iniciativa consiste en aprovechar las posibilidades ofrecidas por los insectos en la gestión de los residuos orgánicos, realizando la aplicación industrial de la mosca soldado negra como conversora de materia orgánica. Esta especie ha sido seleccionada por su elevada capacidad de conversión de una gran variedad de residuos de diferentes tipos, por permitir la producción industrial en alta densidad y por no ser considerada un insecto que pueda tener un impacto negativo en el medio ambiente.

La capacidad de reducción de emisiones de CO2 viene dado por el propio modelo de negocio y la tecnología. En relación al modelo de negocio se transforman los biorresiduos de forma local, por lo que se reduce el impacto del transporte de los residuos hasta las plantas de tratamiento de residuos y se elimina la disposición en vertedero, evitando las emisiones de metano. Por otro lado, y en relación a la tecnología en sí, se puede considerar residuo cero ya que todas las entradas en el proceso salen como materia prima comercializable transformando biorresiduos en proteínas, grasas, quitosanos y fertilizantes.

En el modelo de reducción del volumen de residuo, la aproximación es similar al de valorización, pero subrayando que el objetivo es la reducción del desecho aprovechando la capacidad de conversión del insecto, y no la generación de productos con alto valor añadido. Seleccionando, por ejemplo, residuos como estiércoles provenientes de ganadería (con especial interés en la gallinaza), purines, lodos provenientes de EDAR, digestatos, etc., la reducción de residuos puede alcanzar un volumen del 60%-70% y una importante disminución de carga microbiana patógena.