La trayectoria de Iberdrola durante más de 100 años, las características de su mix de producción, su perfil de inversiones y los compromisos asumidos en materia de mitigación del cambio climático y de sostenibilidad medioambiental posicionan a esta compañía como un líder global, cuya contribución es decisiva para avanzar hacia un escenario que limite el incremento de la temperatura global a un máximo de 2ºC con respecto a la era pre industrial:
Iberdrola es ya una de las eléctricas con menor intensidad de emisiones y con compromisos más ambiciosos de reducción a futuro:
Iberdrola es líder global en producción de energías renovables:
Iberdrola considera la I+D+i como eje básico de sus soluciones energéticas en el contexto de la descarbonización de la economía:
Iberdrola ha publicado su huella de carbono desde el año 2010. De hecho, en mayo de 2020 Aenor certificó el inventario de emisiones de GEI de Iberdrola, conforme a la norma UNE ISO 14064-1:2012, para las emisiones directas e indirectas de todas sus actividades. Iberdrola ha sido la primera utility en calcular su huella ambiental, para conocer y comparar de forma objetiva la afección de nuestra actividad a las diferentes categorías de impacto ambiental, trazar su causa, identificando los aspectos ambientales e instalaciones/tecnologías/regiones responsables, con el objetivo de ser utilizada como un elemento de información adicional en el marco del sistema de gestión de la empresa.
Iberdrola ha sido líder en el uso del gas natural como elemento clave para la sustitución masiva de combustibles fósiles muy contaminantes en aquellos países donde se requiere un cambio de producción a gran escala que sea compatible con los objetivos de cambio climático.
Iberdrola se ha marcado como objetivo, a través de “Electricidad para todos”, el dar acceso, para el año 2030, a 16.000.000 de personas sin acceso a la electricidad en países emergentes y en vías de desarrollo. Esta ambiciosa iniciativa se centra en la realización de acciones de electrificación sostenible, haciendo uso de nuestra capacidad técnica, logística, organizativa y financiera. La sostenibilidad ambiental de las soluciones energéticas es esencial para que ofrecer acceso a la energía a 860 millones de personas que todavía carecen del mismo sin generar un impacto negativo sobre el cambio climático.
El compromiso de Iberdrola está avalado por el nivel más elevado de la compañía en su lucha contra el cambio climático: el Consejo de Administración ha aprobado la Política de Gestión Sostenible, la Política de Medio Ambiente y la Política de Cambio Climático.
La compañía cuenta con un reconocido liderazgo global en sostenibilidad:
Colocando cada 15 m2 interruptores que permitan la iluminación de manera zonificada, en vez de en toda la superficie de la oficina, podemos reducir el consumo eléctrico y disminuir las emisiones de CO2 al ajustar las necesidades de luz al espacio utilizado.
Colocando cada 15 m 2 interruptores que permitan la iluminación de manera zonificada, en vez de en toda la superficie de la oficina, podemos reducir el consumo eléctrico y disminuir las emisiones de CO2 al ajustar las necesidades de luz al espacio utilizado.
Las medidas de aislamiento térmico como la instalación de ventanas y acristalamiento o la configuración de fachadas con cámara de aire pueden reducir hasta un 30% el consumo energético generado por las necesidades de climatización.
La sustitución de los sistemas de generación de calor se puede realizar usando energías renovables que producen cero emisiones de CO2 y no se agotan cuando las consumimos, ya que se renuevan de forma natural. Se estima, por ejemplo, que en España la superficie de las instalaciones solares térmicas pasará de los 2 millones de m 2 actuales a los más de 100 millones de m 2 previstos en 2020.
El 50% de los viajes en coche en la ciudad son inferiores a 3 kilómetros lo que supone un tiempo de unos 10 min en bicicleta. Además de incentivar el uso de los servicios de bicicleta compartida que ya operan en muchas ciudades españolas se pueden generar políticas que promuevan el uso de la bicicleta para movernos por la ciudad cómodamente con cero emisiones de CO2.
Utilizar vehículos que funcionan con motores eléctricos mejora la eficiencia energética de los desplazamientos y, por lo tanto, permite reducir las emisiones de CO2. Además, genera otras ventajas estratégicas de índole tecnológica, económicas, de imagen corporativa e innovadoras.
El coche privado representa el 16% del total de las emisiones de CO2 generadas en España. Esta cifra se puede reducir significativamente con el uso de transporte público, que es mucho más eficiente que el vehículo privado.
El cálculo de la huella de carbono es el primer paso para poder conocer las fuentes de emisiones de CO2 de ula organización. De esta manera, la huella de carbono permite identificar las medidas más eficientes a implementar para reducir las emisiones y consolidar la estrategia de acción frente al cambio climático.
Se puede ser "neutro en carbono" compensando la huella de carbono que no se ha logrado reducir realizando una aportación voluntaria de una cantidad económica a proyectos que consiguen absorber o reducir una cantidad de CO2 equivalente.
La inscripción en registros o la comunicación de la huella de carbono en bases de datos contribuye a mejorar la transparencia en la gestión del cambio climático de la entidad. Existen diferentes herramientas como el Registro de la OECC o diferentes registros de CC.AA. que, en algunos casos, permiten obtener el reconocimiento oficial de la huella de carbono.
Al reducir la huella de carbono de la organización se reduce el impacto en el clima de la actividad. También se reducen los costes asociados al consumo de materias primas, de energía o de productos y, además, se genera un valor añadido en una sociedad cada vez más exigente en la acción frente al cambio climático.
Verificar la huella de carbono genera credibilidad al tener la garantía de un tercero independiente de que se ha calculado correctamente. Además, se genera un valor añadido para la marca en una sociedad cada vez más exigente en la acción frente al cambio climático.
El consumo de productos realizados con materiales reciclados tiene un menor impacto en el medio ambiente durante todo su ciclo de vida. Estos productos cumplen la misma o mejor función que un producto no reciclado y alcanzan las mismas o mejores cuotas de calidad y de satisfacción para el usuario. Generan menos emisiones de CO2 porque la mayoría de productos y materias primas procedentes de materiales reciclados necesitan en su obtención menos energía que los procedentes del medio natural.
Se puede extender la responsabilidad frente al cambio climático exigiendo a terceros en los procesos de contratación o compra determinados requerimientos vinculados a la reducción de emisiones de CO2.
El cálculo de la huella de carbono es el primer paso para conocer el impacto de la actividad y reducir las emisiones de CO2. Solicitar a los proveedores su inventario de emisiones permite elegir entre ellos para reducir tu propia huella y transmitir la importancia de hacer frente al cambio climático a tu cadena de valor.
El impacto para el clima de la producción local es, como mínimo, 5 veces menor que la producción deslocalizada. Además de reducir la huella de carbono de los productos, favoreces la economía local (hipótesis basada en datos de alimentos. TCO2/año actualización alimentos kilométricos. Dato INE empresas alimentarias).
El diseño de las infraestructuras puede generar una reducción considerable del consumo energético de la instalación y, por tanto, reducir las emisiones de CO2. Para ello es necesario implementar determinados elementos arquitectónicos para aprovechar el calor del sol y la ventilación natural, definir la mejor orientación o utilizar materiales de construcción adecuados.
Los gases fluorados son generadores del calentamiento global en hasta 23.000 la cantidad equivalente de CO2. Ten en cuenta los diferentes tipos de refrigeración y las emisiones generadas en función de tus necesidades.